9/25/2007

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Trabajar con las emociones. Educar emocionalmente. Parece tan obvio. Nuestras emociones debieran ser universales. No como los contenidos teóricos, no como los aprendizajes mediados por tecnología o historia. Educar las emociones puede ser la respuesta a una visión universal de las posibilidades humanas. Pero, básicamente, las emociones surgen y se aprenden en contextos sociales... como casi todo, aprendemos en relación. Podemos sí pensar que existen características individuales únicas, algo así como un don, una distinción especial, una bendición divina. Este parece ser el punto que divide aguas. O pensamos que poseemos una cualidad excepcional que nos distingue, separa y divide, convirtiendonos -eso sí, a todos y a cada uno- en un pequeño dios, un superhombre o superhéroe- o creemos e investigamos en las características comunes determinadas por las relaciones (con el medio, la sociedad, la propiocepción) para mirar profunda y valientemente qué somos y cuáles son las posibilidades de esto.

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