11/22/2007

Mi educación en Chile


Alguna vez escribí desde este lugar considerándolo el medio de ningún lugar. Pues no pertenece a nadie ni da nada. Educado en un modo más o menos tradicional para la clase media en Santiago, capital de la fértil provincia señalada, los primeros años los hube de pasar entre profesoras que brillaban por su acento marcadamente inglés, su apego a reglas que sacrosantamente habíanse creado ellas mismas y una orientación hacia la competitividad y el rendimiento agotadores y exagerados entre niños pequeños e inocentes.
Afortunadamente encontré una maestra cariñosa que me trasmitió su amor a la lengua española y sobre todo a la pedagogía. No lo sabía entonces pero lo sé ahora, esa trasmisión tiene que ver también con un gusto visceral, emocional y racional hacia la profesión de enseñar. Pero sobre todo, y cuando se trata de niños heridos, niños rotos en pedazos por las exigencias que no entienden, por la competitividad que se les impone, por una disciplina exacerbada que no tiene lugar para sus corazones, con baja autoestima, molestados por pares y profesores, niños sileciosos y explosivos, los famosos niños ritalín y lo mismo corre para los niños mejores alumnos, entendiendo que ambos extremos del expectro de nuestra educación refleja carencias, cuando se trata de trabajar con niños, lo que más debe entender el profesor es que dar y entregar amor significan la base para reconstruir los corazones de las personas y convertir a estos niños vapuleados, gritados, castigados, victimizados e inseguros, en personas de verdad, con confianza, con valores.
Bueno, eso por hoy, pienso que profesores, o maestros más bien, como Summerhill, Pestalossi, Naranjo, Montessori, Steiner, Trungpa, Gómez Milla, Matte, Lastarria, , Henríquez, Díaz, Shah, y los demás, deben de tener o haber tenido en algú momento la trasmisión de uno o varios maestros de la calidad humana y la pasión de mi profesora que no podía ser de otra manera, se llamaba Angelina.

11/15/2007

maestros


Si nos preguntamos seriamente por la historia de la educación, ineluctablemente caemos en que la educación se relaciona con una transformación, con un cambio y un progreso. Elidamosnos de concepciones tan básicas como pensar la educación en su sola dimensión de pedagogía (que es educar o encausar el camino a los niños) y pensemos en educar para el desarrollo humano, para que las falsas esperanzas caigan, para que las preconcepciones materialistas y reforzadoras del ego se disuelvan. Pensemos la educación como una posibilidad real y al alcance de toda persona común para progresar, para ser mejor hombre. No por una cuestión de beneficio personal, no por un plan divino, sino por una realización y un derecho natural a todos los seres humanos. Si pensamos así, creo que la primera educación con este énfasis en el mundo será la religión no teista presentada por gautama, el muní o sabio de los shakyas, hace más de 2500 años. Pensemos también en el paralelismo espiritual conjunto que nace con el pensamiento organizado y sistemático en grecia -pensamiento también desmarcado de las religiones organizadas-. Estas coincidencias no son una curiosidad, sino una actualización de las posibilidades humanas sin parangón y que fluyen subterraneamente pujantes desde las vertientes occidentales y los monaquismos y gimnosofías orientales. Ya he comenzado mi expocisión