12/01/2006

elucidar

visto desde este momento, el desarrollo o desenvolvimiento social no posee más razón alma o espíritu que el de la inclusión y la validación de otros. El sentimiento clásico y etimológico de pedagogia es un caminar con niños, el de educación, de elucidar obstáculos para las personas que están a nuestro cuidado. Todo afán trascendente supone una base para la producción de nuevas mesetas del desenvolvimiento. ¿qué es, entonces, ese despliege, esa manifestación luminosa de "lo humano"? Ahora lo humano implica las concepciones vastas y múltiples que se conocen, la comprensión fundamental del hombre como hebra en un tejido infinito, incluso como producto potencialmente sublime de la imbricada maraña de manifestasiones que surgen en la creación, el hombre, y lo humano, es la totalidad de la creación. Entonces, caminar con niños no es más que el acto de transitar el paisaje posible y atemporal de lo bello y lo sublime intentando en esfuerzos mancomunados de no tropezar con visiones abismales que nos desvíen del camino trasad; aunque, una vez más, no puede haber error ni equivoación para quienes representan la cifra sublime de la inteligencia. El hijo del hombre es el espíritu santo y es atman-brhaman, es buddha y tao y lo que es que puede ser dicho de múltiples formas; ¿cómo enseñar a la suma de lo creado algo, cualquier cosa? la posibilidad e invitación de cualquier instrucción clara y verdadera es a unificar e integrar en el camino toda la experiencia como aprendizaje y dejar que la conciencia aparezca a la percepción tal y como es, develada, increada, atemporal. Educar es, como cualquier pedagogía, una instrucción que posibilita la magia, la razón, el espíritu, y que al manifestarse lenta y preciosamente como espíritu nos revela en todos y nos invita a compartirnos y a emprender nuevos senderos que no serán individualistas ni privados, sino abiertos, generosos, centrados en el desenvolvimiento de otros.

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